Han pasado diez mil años desde que abandonamos el antiguo camino que nuestros ancestros recorrieron para siempre y es hora de aportar una mirada multidisciplinaria y científicamente informada de los efectos de esta divergencia fatídica. Es hora de preguntar la pregunta más subversiva de todas: ¿Los humanos modernos viven vidas significativamente mejores que nuestros ancestros pre-civilizados? En conjunto, ¿es la civilización una ganancia neta para los seres humanos individuales?
En un momento en que nuestra ecología, nuestra sociedad y nuestro propio sentido de identidad se perciben cada vez más en peligro, una comprensión precisa