Los objetos a los cuales hemos de dedicar este trabajo fueron creados por pueblos altamente civilizados, poseedores de vastos conocimientos astronómicos, matemáticos y urbanos, guiados en lo general por un profundo sentido hostórico y religioso. Por la expresión de una peculiar concepción del mundo, dichas obras ocupan en su propio derecho de espacio en la historia del arte universal.