Se recogen aquí las conclusiones de varias décadas de análisis y estudio constantes y minuciosos de la obra de Dante. En él, el autor realiza primero una lectura “restauradora”, no “fascinada”, atenta a la literalidad del texto y no a los diversos “mitos” que se han creado a partir de él, y luego una exégesis alegórica, es decir, textual e iconográfica, de elementos como la orografía infernal, las historias de los personajes con sus elementos implícitos, los símiles extendidos, los gestos, la interpretación de los nombres, los personajes mitológicos, etc. Y así desvela una estructura moral en la construcción del Infierno dantiano, más completa y aguda que la tradicional, que pone de manifiesto que la obra narra un descenso a los abismos gnoseológicos, éticos y políticos en los que cae la psique cuando se precipita en un proceso continuo de degradación de la naturaleza humana.