Prácticas Territoriales, un ciclo de arte sonoro, cuestiona el privilegio de la vista sobre la audición, la correspondencia entre la percepción y la objetividad contextual, y el rol del visitante en territorios desconocidos. Cuatro artistas internacionales fueron invitados a visitar la isla de Tenerife —por separado y en estancias de dos semanas de duración— con el fin de llevar a cabo, en colaboración con grupos locales, investigaciones centradas en la escucha y crear obras cuyo elemento principal fuera el sonido. Con la escucha, la permanencia y la estabilidad que la vista parecía conferir a la existencia no tienen cabida. Porque el sonido es fugaz. Es temporal, no es estable. Tiene un comienzo y un fin. Es imposible de capturar. En términos acústicos se caracteriza por su envolvente; es decir, por un ataque, un decaimiento, un sostenimiento y una relajación. Se origina, crece, se desarrolla y se desvanece.