En el tiempo de los dioses, la eternidad dura solo un instante. Un día, el aburrimiento y la desidia los llevaron a jugar con la arena: esculpieron un rostro, luego un cuerpo y las extremidades. Les pareció tan hermosa aquella figura que decidieron insuflarle vida. Uno tras otro, los dioses del Olimpo se acercaron al humano para depositar su don: el tiempo, el orden, la guerra, la belleza, la sabiduría… Pero era demasiado. Por eso después vinieron los animales. La existencia es la unión de lo sublime y lo rastrero, el orden y el caos, el todo y la nada… ¿Pero qué determina cada elemento?