La presente obra constituye el primer esfuerzo riguroso y omniabarcador por desarrollar un relato histórico de la performance desde las experiencias que salpicaron las vanguardias hasta las formulaciones más contemporáneas. En primer lugar, se ofrece un amplio análisis sobre la presencia que las estrategias performativas tuvieron en las vanguardias históricas. Identifica después aquellas rupturas que se produjeron en el seno de la «modernidad» tras la Segunda Guerra Mundial y que condujeron a la eclosión de movimientos tan decisivos como el happening y el Fluxus. Aborda a continuación el surgimiento y desarrollo de la performance posmoderna, fruto del descentramiento del sujeto, y, finalmente, analiza la reformulación de los lenguajes performativos en el actual contexto de la globalización. En estas páginas, el autor analiza con maestría el zigzagueante itinerario trazado por las llamadas «artes vivas», también desde un punto de vista poscolonial; traza un amplio arco que desborda las estrechas concepciones, privativas de Occidente, que han ahormado con frecuencia las narrativas de la performance y se adentra en la intensa y prolija praxis artística desarrollada en territorios tradicionalmente considerados como «periféricos»: Latinoamérica, China, India, Corea del Sur o Sudáfrica. Además, habida cuenta de que la performance constituye, por definición, un «lenguaje fronterizo», expuesto continuamente a procesos de contaminación e hibridación, las cuestiones examinadas en este estudio invaden asimismo campos anejos como la danza o el teatro.