En Cine y anticine se relatan anécdotas muy importantes que enriquecen el panorama de la vida cultural del siglo XX, así como una perspectiva de primera mano para comprender la historia del cine mexicano en sus distintos ámbitos y de los vasos comunicantes que algunos destacados escritores que participaron en ella establecieron a través de la palabra, tanto en los guiones, las adaptaciones y las crónicas de cine, en particular la de Huerta, que da cuenta de las polémicas entre los distintos intereses del gremio, conformado por productores, directores, actores (mujeres y hombres), censores y, desde luego, los críticos cinematográficos.