DOKOUPIL. CUADROS DE VELAS (1989-2002)

DOKOUPIL. CUADROS DE VELAS (1989-2002)

Editorial:
CAAM
Materia
Artistas
Encuadernación:
Rústica
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Los cuadros de vela son la única constante en la trayectoria de un creador cuya principal característica es la versatilidad, el cambio constante de estilo. La utilización paródica de diversos 'ismos' del arte del siglo XX -desde el surrealismo a la pintura de acción- se ha acabado convirtiendo, paradójicamente, en lo que mejor identifica a este artista. Parecería que su adopción de un determinado estilo no está nunca carente de una distancia irónica, que relativiza el aparente expresionismo pictórico de gran parte de su producción. El crítico de arte alemán Wilfried Dickhoff ha calificado esta promiscuidad pictórica de "posición trivial", una trivialidad consciente en la que el arte se convierte en "un constante devenir en direcciones contrarias, un intento de sumergirse constante y repetidamente en algo completamente diferente, de manera que cada una de las fases, agota un modo posible de expresión". Esto, lejos de ser un mero pastiche o cinismo, supone una batalla dialéctica con la tradición modernista, como el mismo Dokoupil ha indicado: "para enfrentarse a las normas, hay que jugar con ellas, exagerarlas, desplazarlas". Dentro de esta trayectoria, los cuadros de vela en los que el artista lleva trabajando de manera constante desde 1988, conforman una vertiente atípica. En estos cuadros, las imágenes se forman sobre el lienzo al impregnarse éste del hollín que desprenden unas velas que toman el lugar del pincel. Esta técnica, que ya se utilizaba en el Renacimiento, es rescatada por Dokoupil, casi como un intento de pintar "como si no lo hiciera", pues ni siquiera manipula a su antojo el gesto pictórico, ya que no es posible ejercer control sobre el humo. Esta técnica tiene también algo de melancolía, la imagen aparece formada de restos, es la huella de un material efímero, que se desvanece, extinto como el humo de una vela.