Decir que este libro es un homenaje al primer trabajo de nivel industrial de impresión con tipos móviles de la historia, sería no decir la verdad, pues en realidad hace diversas aportaciones importantes a la historia de la imprenta y del diseño. Una de ellas es que su gestación parte de cuestionar la hipótesis ampliamente aceptada hasta ahora, en la que se explica que esencialmente los tipos móviles que fueron usados en la impresión de la Biblia de 42 líneas habían sido fundidos con una misma matriz (molde). La segunda, es concebir a Peter Schöffer como el primer diseñador gráfico de la historia, por tomar la responsabilidad del control de todo el proceso de edición, y definir, junto a Fust y Gutenberg, una producción de piezas intercambiables dentro de un modelo productivo. Sin proponérselo, establecieron, a nuestros ojos, una estructura capitalista. La tercera, es la demostración del uso de un modelo para realizar el proceso de edición de la B42, y por el cual se mantuvieron los esquemas tradicionales de los manuscritos; será durante la implementación del proceso que Schöffer entienda las posibilidades de la tipografía. Por lo tanto, lo que realmente tenemos es la aportación de un estudio profundo -desde el punto de vista tipográfico- salpicado de aspectos históricos, tecnológicos y tipográficos que hacen más amena su lectura.