El espacio inevitable analiza y documenta ese desarrollo desde sus inicios en 1989, como parte de la utopía social de su generación en Cuba, hasta hoy, cuando trabajando en solitario —ya sea desde La Habana, Madrid o Nueva York— se dibuja como una fuerte personalidad en el entramado del arte internacional. El enjundioso ensayo de Cristina Vives y la entrevista guiada por Hans-Michael Herzog que acompañan esta publicación se apoyan en las propias reflexiones del artista y en los años de relación profesional y personal que los unen.