En los rincones olvidados de una ciudad se puede escribir la historia de su grandeza. Y es que cada objeto en ellos es vestigio, huella de una magnificencia desaparecida, testimonio que queda en pie pese a todo. Ernesto Ramírez nos invita a descubrir la estética del abandono en esos escenarios en que las cosas parecieran apilarse caprichosamente, aunque en realidad están unidas por los hilos invisibles de historias que desconocemos. La aventura literaria de Fabrizio Mejía Madrid nos descubre la belleza cotidiana de estos paraje.