Todo ángel es terrible pone al espectador frente al contundente silencio de lo muerto. En este libro, el fotográfo concluye que la muerte es el objeto central de la expresión humana, y a tráves de imágenes perturbadoras muestra la belleza que puede existir en un cuerpo sin vida. El cuento de Ethel Krauze resulta sobrecogedor en su aparente sencillez.