Para los arquitectos, pensar cómo serán habitados los edificios es una práctica cotidiana. Desde imaginar tempranamente algunas ideas hasta hacerlas posibles en el mundo tangible, existe un espacio de tiempo y esfuerzo, a veces, inimaginable. Este reflexionar sobre el habitar los edificios se manifiesta de manera ampliada y específica cuando la experiencia del proyecto se enmarca en la casa, tipología arquitectónica que nos ha acogido desde que abandonamos la cueva.