PER BARCLAY

PER BARCLAY

Editorial:
KOLDO MITXELENA
Materia
Artistas
ISBN:
978-84-7907-367-1
Páginas:
90
Encuadernación:
Rústica
$600.00 MXN
IVA incluido
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Per Barclay (Oslo, 1955) comienza su carrera en Italia, a donde se dirige para completar sus estudios de Arte. Allí pasa por el Istituto Statale de Florencia, la Academia di Belle Arti de Bolonia y la de Roma. A partir de 1984 expone sus trabajos con regularidad en galerías italianas y noruegas y, una vez reconocido internacionalmente, pasa a exponer en los principales centros de arte contemporáneo europeo, en colaboración con los cuales ha ido desarrollando sus instalaciones y obra fotográfica.

Esta exposición del KMK es una coproducción entre el Kunsthall Museum de Bergen y el CCC (Centre de Creation Contemporaine) de Tours; y en ella se presentan fotografías e instalaciones, dos de ellas creadas específicamente para esta muestra.

En la línea del conceptualismo, Barclay utiliza diferentes soportes (fotografia, instalaciones, objetos-escultura) en el desarrollo de una obra que gira alrededor de una única preocupación: el espacio. En alguna ocasión Barclay ha definido sus piezas como lugares, entornos que crean una sensación de tensión en un espectador que ve sus posibilidades de acción limitadas por el modo en que su función en él está definida. Una sensación que se manifiesta en sus piezas más conocidas (los interiores inundados con distintos líquidos) donde el espectador tiene una única opción de observación, aquella elegida por el artista y plasmada en la fotografía.

Sin embargo, dentro de esta serie, la instalación que ha diseñado especialmente para su exhibición en el Koldo Mitxelena , Koldo Mitxelena ,2002 rompe con esta línea y ello se debe "a la particularidad del espacio, a la luz que cae cenitalmente desde el techo. Me gustó la fuerza que tiene, la impresión de sentirme como en un agujero y decidí permitir, por primera vez, a los visitantes caminar alrededor de la instalación".

Además de sus interiores inundados, Chamber 2000, Vannhus, 2001, en la exposición están presentes piezas de sus principales series de trabajo: las casas, instalaciones sonoras y formas hinchables, así como sus últimos trabajos de digitalizaciones fotográficas murales, Bailarina,2001 y Gigante,2001.

Dentro de la serie de las casas, Sin título, 2002 , producida para esta exposición, tiene algunas particularidades respecto a anteriores piezas de esta serie. Fundamentalmente, el tipo de cristal utilizado, que es un falso espejo. "La idea de la casa es un poco la de protección, de separación del exterior - dice - y al mismo tiempo el mismo sentimiento de violencia que hay en mis otras obras, porque fuerza al observador a situarse en una posición externa. Puedes ver lo que pasa en el interior, pero no puedes entrar, no puedes encontrar refugio en ella, no puedes participar. Estás totalmente fuera. Intento de esta manera analizar el concepto de espacio y la casa misma, de una forma diferente a la de las habitaciones inundadas. Formalmente atrayente, pero a la hora de la verdad hermética”.

Pero si en estas series el observador es conscientemente "dejado fuera", sus grandes instalaciones a base de grandes bolsas semi-hinchadas, Sin título, 1999, funcionan como una especie de reverso, en el que el espacio no es definido por sus límites, sino por ocupación. "La obra construye un espacio totalmente diferente del de mis otras instalaciones, se trata de algo totalmente físico, algo fluido, que se mueve, que puede tocarse. Algo cuya presencia física está mucho más marcada. Además no se trata de algo que "crea" un espacio, sino que lo ocupa".

La exposición se complementa con una de sus piezas más rotundas, Guillotina, 1997, una guillotina que, en palabras suyas, refleja "la sensación de poder como forma de belleza"; algunas de sus fotografías de figuras humanas Sin título,2000 que define "como esculturas" por su insistencia en el aspecto material y de ocupación del espacio; y una instalación sonora, Sin título,1995-2002, reconstruida para su exhibición en esta exposición. La pieza consta de dos sacos de material brillante, colgados de la pared de la sala y unidos por cables. Cuando el visitante se sitúa bajo uno de ellos percibe el sonido.

Las piezas de tejido desempeñan para Barclay “ la función de una especie de refugio, algo muy simple y primitivo, que remite a las formas del cuerpo, muy mecánico, y finalmente, violento que maximiza el sentimiento de vacío”.