Richard Artschwager (Washington, 1923 - Albany, 2013) ha dedicado su producción a investigar la construcción del sentido en la obra de arte. Desafiando los convencionalismos en pintura y escultura -y fuera de toda clasificación estilística- la producción artística de Artschwager la componen fundamentalmente: muebles-escultura fabricados en madera y formica imitando a la madera, además de cuadros pintados sobre el material industrial denominado celotex y formas escultóricas pintadas o revestidas de goma que él denomina “blps”.
La peculiar personalidad de Artschwager se conforma a partir de su educación híbrida, que incluye una licenciatura en Ciencias Físicas, la formación bajo las directrices de estética purista y racionalidad cubista del artista Amadée Ozenfant, además de algunos de sus empleos como fotógrafo de niños, tornero, carpintero y fabricante de altares para barcos.
Sus trabajos escultóricos cuestionan los convencionalismos del arte en lo referente a materiales, temas y fisicidad. Influenciado por artistas como Marc di Suvero, Claes Oldenburg o Malcom Morley; a principios de los sesenta, Artschwager comienza a encontrar un estilo propio que recurre a la formica, por ser un material no tradicional en la escultura y al celotex, por considerarlo el equivalente pictórico de la formica. Ambos permiten que la inversión entre lo funcional y lo estético se consume en las obras del artista, tal y como sucede en Table with Pink Tablecloth (Mesa con Mantel Rosa) (1964) y Piano (1965). Mesa y piano, dos objetos funcionales, realizados con materiales igualmente funcionales, no permiten sin embargo ser usados.
Igualmente, poniendo las cualidades del objeto en juego, se encuentra en la exposición la obra Mirror/Mirror-Table/Table (Espejo/Espejo-Mesa/Mesa) realizada en 1964 y perteneciente a la colección del MOCA. Situados ergonómicamente en el espacio, estas mesas y espejos juegan con la noción de escultura y pintura, logrando transgredir los límites de las disciplinas pese a cumplir aparentemente todos sus preceptos. De igual manera, otras esculturas como Handle (Tirador) (1962) o Door/Door II (Puerta/Puerta II) (1984-85) invitan a tirar del vacío o a entrar a ninguna parte.
La exposición ocupa el Palacio de Velázquez del Parque del Retiro con un conjunto de treinta y cinco esculturas de 1962 a 1985 -elaboradas en su mayor parte en formica, madera y plexiglás- y treinta y tres cuadros todos ellos realizados en acrílico sobre celotex usado habitualmente para el revestimiento de techos y paredes. Artschwager se apropia de fotografías encontradas en periódicos y revistas para reproducir en sus cuadros retratos, arquitecturas e interiores domésticos como representación de la vida norteamericana. Su pintura traduce las fotografías en imágenes borrosas deformadas por la propia superficie irregular del material usado como soporte, logrando una ambigüedad entre las dos y tres dimensiones como sucede en High Rise Apartment (Rascacielos) de 1964.
Los experimentos con la percepción y el espacio van aún más allá en las instalaciones “blps”, nombre que remite a los blips, puntos de luz de una pantalla de radar que indican la posición del objeto detectado. Un ejemplo de este tipo de obra es Up and Across (1984-85), donde la presencia física de la forma tiene la función de expandir el espacio.
La exposición del Palacio de Velázquez incluye además, la instalación ambiental Janus III, un ascensor que permite entrar en su interior, fabricado con formica y tubos fluorescentes. Dos botones, uno para subir y otro para bajar, activan un coro de sonidos que recrean la sensación de ascenso y descenso. Con esta instalación, Artschwager introduce junto a la experiencia perceptiva y su concepción de la escultura, la interacción con el espectador.