AA.VV
Las mujeres fuimos creadas de una costilla del varón. No del barro primigenio con las manos de Dios, fuimos creadas para el uso y disfrute del varón, para acompañarle, como una mezcla de mascota, esclava y juguete sexual. Dios no nos insufló la vida con su aliento, eso era solo para los hombres. Siglos más tarde Freud se dio cuenta de que al no tener pene estábamos incompletas, es decir: que éramos diferentes de los hombres y por supuesto inferiores. Porque todo lo diferente al hombre blanco heterosexual es inferior, aunque eso se iría viendo poco a poco a lo largo de la historia de la humanidad.