¿Qué es arquitectura? La pregunta, planteada en la Alemania de 1919, distaba mucho de ser sólo retórica. No lo era, desde luego, en boca de Walter Gropius, quien a sus 36 años estaba siendo testigo del derrumbe del sistema de valores de la sociedad guillermina. Criado en una familia de la alta burguesía berlinesa y educado en el militarismo prusiano, Gropius retornó de la I Guerra Mundial tan condecorado como curado de espanto. El fracaso de su corto y turbulento matrimonio con Alma Mahler contribuyó a un panorama desolador también en lo personal.