Se puede afirmar que Wolfgang Paalen fue precursor en toda la expresión de la palabra. Las inquietudes que albergó desde joven lo llevaron a cuestionarse y a investigar el aspecto espiritual del ser humano, expresado no sólo mediante la plástica, sino también con la escritura. Así, además de pintor, escultor y grabador, fue un gran teórico cuyos planteamientos no han sido difundidos de manera adecuada y, por lo mismo, no se les ha estudiado debidamente. La energía y el dinamismo que emanaban de él quedaron plasmados tanto en sus escritos como en sus obras, sobre todo a partir de su abandono del surrealismo en 1942.